Primavera

La primavera ha vuelto y lo ha hecho en la fecha en que suele hacerlo. Tranquila y sin alardear, ha tomado su lugar como cada año. De vuelta a casa ese ambiente de renacer, de luz y brillo. El mundo despierta después de meses sumido en el letargo gris del invierno.

Los días hermosos comienzan a instalarse poco a poco porque la primavera ha tocado a la puerta, sin embargo, en esta ocación no ha tenido el acostumbrado recibimiento, aunque se aprecia que nos da ánimos.

La primavera ha regresado en medio del sufrimiento, del dolor y la muerte y eso nadie podía imaginarlo. Un diminuto virus, de descomunal maldad, ha arrebatado el protagonismo al renacer,  a ese que nos tiene tan acostumbrados el Planeta, porque la naturaleza nos mima y nosotros la destruimos sin piedad para satisfacer la ambición materialista.

El Coronavirus y la primavera se están dando la mano en esta ocación. La vida y la muerte se han juntado para recordarnos que, quizás, no somos gran cosa en el Universo. La creación y la destrucción se dieron cita en el 2020 y, ni el más experto de los videntes, pudo verlo.

Esperemos que la primavera extienda su renacer borrando asi, con certeza, el llanto que riega la tierra que cubrirá, gracias a los cálidos rayos de un sol que observa desde las alturas, el correr desesperado de la raza humana.

 

 

 

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Cubano es…

Cuba se enfrenta a sus problemas a golpes de salsa, un vaso de ron y, el increible arte de subsistir en medio de la nada que es tan innato en su gente. La salsa endiablada que brota desde cualquier esquina o que hace vibrar las más destartaladas de las casas, mientras que el cubano intenta llenar su tiempo.

Cuba, esa isla herida de la que millones de gente se va por obligación pero que, se convierte inmediatamente en millones de tatuajes que no se borran nunca del corazón de esos que la vieron por última vez desde un avión o estando encima de ese barco fabricado a escondidas, que los llevará a nueva tierra…o a la muerte en alta mar.

Si, Cuba es: salsa, guaguancó, maracas y una carcajada que estalla en el portal de una casa en ruinas. Un cubano que habla estruendosamente porque el silencio no es asunto de los que viven en la isla, allí todas las voces rompen el muro del silencio y el hablar bajo se lo dejan a los que residen más allá de sus fronteras.

La mujer cubana empieza la limpieza de la casa pero minutos después, deja la escoba en un rincón para ir a conversar con la vecina màs cercana porque es vital saber los últimos acontecimientos ocurridos en el barrio, o en la ciudad.

Los niños juegan en las calles y los adultos se reúnen en los portales o en las aceras para » arreglar el mundo» porque los cubanos siempre » modifican» el curso de la historia, aunque la suya sea un desastre. Un cubano siempre estará dispuesto a imaginar un mundo mejor puesto que extrae del llanto una sonrisa.

Se juega a la pelota con pasión. Lo saben todo y lo que no, se lo imaginan. Genios sin diploma que entienden el significado de la vida mejor que el mismísimo Albert Einstein. Colocan » parches» al cotidiano para que la sobrevivencia tenga luz propia.

Construyen el más diminuto objeto que les saque del apuro mientras arreglan otro que parecia muerto. Esa es la marca: Made in Cuba. Una marca con calidad y desparpajo.

 

Informar o morir

Me ha parecido magistral esté artìculo. Por muy dura que sea la situaciòn en la que vivimos, el cerebro necesita màs que la muerte para existir

El Optimista Escéptico

Los medios de comunicación escrita viven en una crisis constante. Desde que apareció internet, todo se digitalizó y nadie piensa que tenga que pagar por la información que circula por las redes, la prensa en papel va dando tumbos y la digital más o menos lo mismo y en esta nueva era del coronavirus sus problemas de siempre se han agudizado.

El gobierno está tomando medidas como loco buscando amortiguar el impacto de esta debacle económica en la que estamos entrando. Como todo se está haciendo de forma improvisada, lo que es normal por otra parte, cada día aparecen en el BOE nuevas medidas, aclaraciones o ajustes de las anteriores. Ocurre así con la relación de las actividades esenciales que no se han cerrado y entre ellas, desde el inicio de las restricciones, aparecen sorprendentemente los quioscos de prensa. Los quiosqueros se preguntan qué sentido tiene pegarse doce horas en…

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